CUENTOS DE HADAS
No soy precisamente una persona optimista. Yo se que algún día acabará. Pero casi sin darme cuenta, he desarrollado un método basado en la subsistencia. Ya no miro a largo plazo, la semana que viene me parece tan lejos... Ya no hago planes para el futuro, debo impedir que mi corazón se implique al 100%. Ya puedo sostenerlo yo sola, pero prefiero no ponerlo a prueba, no está en versión ilimitada.
Aunque me duela, aunque me lo pida, no puedo evitarlo. En mi cabeza y, cuando se me escapa, también en las palabras, se puede notar esa nota de incertidumbre, ese "y si..." casi siempre presente.
Nunca desaparece, no tiene descanso, pero me he acostumbrado a tenerle respeto, e incluso a estarle agradecida. El día de mañana, ese cada vez más debil "y si" será mi única vía de escape. Aunque no se cuánto más podrá tener una base sólida. No se cuánto tiempo más podré defenderlo con argumentos lógicos. Y esque al final, siempre es mi corazón el que sale mal parado. Y lo siento, sobre todo por mi, pero un final feliz no entra en mis previsiones. Eso solo ocurre en los cuentos de hadas.
Pero la infancia, desafortunadamente, alguna vez se tiene que dejar atrás. Alguna vez nuestra parte ¿coherente? la hace cada vez más pequeña, hasta que no hay nada que hacer pequeño, porque no queda ni rastro de esa inocencia que nos permitía mirar las nubes por el simple hecho de buscar formas. Esa inocencia que nos metía en los charcos cuando llovía y en la que resfriarse era la menor de las preocupaciones... Esa inocencia que creía en los cuentos de hadas y en el felices para siempre.
Aunque me duela, aunque me lo pida, no puedo evitarlo. En mi cabeza y, cuando se me escapa, también en las palabras, se puede notar esa nota de incertidumbre, ese "y si..." casi siempre presente.
Nunca desaparece, no tiene descanso, pero me he acostumbrado a tenerle respeto, e incluso a estarle agradecida. El día de mañana, ese cada vez más debil "y si" será mi única vía de escape. Aunque no se cuánto más podrá tener una base sólida. No se cuánto tiempo más podré defenderlo con argumentos lógicos. Y esque al final, siempre es mi corazón el que sale mal parado. Y lo siento, sobre todo por mi, pero un final feliz no entra en mis previsiones. Eso solo ocurre en los cuentos de hadas.
Pero la infancia, desafortunadamente, alguna vez se tiene que dejar atrás. Alguna vez nuestra parte ¿coherente? la hace cada vez más pequeña, hasta que no hay nada que hacer pequeño, porque no queda ni rastro de esa inocencia que nos permitía mirar las nubes por el simple hecho de buscar formas. Esa inocencia que nos metía en los charcos cuando llovía y en la que resfriarse era la menor de las preocupaciones... Esa inocencia que creía en los cuentos de hadas y en el felices para siempre.
no va a venir ningún hada a decirnos que existen, es cierto, pero podemos verlas en las nubes si queremos, aunque como dices tú, llegue la tormenta y lluevan hombres, salen a bailar con la lluvia en los tejados y llamar a la puerta del arco iris y decirle que ya puede salir, no vendrán las hadas, pero si queremos, las que llevamos dentro sí pueden salir y de vez en cuando hacernos volver a verlas en el cielo. Si tengo que elegir entre creer y no creer, creo en ellas, en las mías, que me han demostrado que existen, más allá de la realidad de los demás. Un beso grandeee y muchas gracias por tu comentario!!! :))))
ResponderEliminarPuedes disfrutarla si dejas salir la la nina que llevas dentro.
ResponderEliminarY no subvalores ala imaginacion , hace milagros.
besos
Amiga, tenemos que crecer y dejar atras muchas cosas, asi es la vida, es parte del proceso de nacer, cercer y morir. Triste realidad. Lindo leerte. Besos, cuidate.
ResponderEliminarSe tienen que dejar cosas atrás pero eso no quiere decir que las olvidemos, simplemente esta entrada me dejó pensando...
ResponderEliminarUn beso grande!
No podemos dejar atrás lo que somos porque entonces nos quedamos sin ser nada. A veces existe una confusión en que a ciertas edades alguien tiene de ser de alguna manera u otra y creo que eso es una grave equivocación. Es duro, muy jodido la mayoría de las veces porque deseamos con una gran fuerza hasta el límite de nuestros corazones y muchas de esas veces lo que conseguimos es mucho menos de lo que hemos esperado y nos viene ese sentimiento de que el corazón se nos hace pedazos. Pero de alguna manera siempre hay una vía de escape, un pequeño hilo del que se puede tirar porque quien tiene un corazón fuerte y una base sólida en sus ideas no le puede abandonar esa fuerza. Al fin y al cabo si tenemos lo que tenemos ahora es porque alguien en el pasado lo soñó, soñó que podía ser realidad. Yo me abandero a mis sueños, a mis creencias y mis ideas y lucharé por ellas aunque sangre mi corazón, si me equivoco será mi equivocación pero no la equivocación de los demás.
ResponderEliminarLos cuentos de hadas no existen porque nuestra realidad no es un cuento de hadas, nuestra realidad es la base de nuestra existencia y porque esa realidad no sea muy parecida a la de los demás no significa que sea menos válida.
Una de las frustraciones a la que más se llega es que a veces vemos a los demás que no nos entienden, que eran de una manera diferente a la que creías, y piensas en que has fallado en creer lo que crees. Pero quizás solo te enseña a escoger mejor a quienes te rodean.
Vivir el día a día es más importante que pensar en la semana que viene, que sí, suena muy lejos :)
ResponderEliminarBesos.
Esa inocencia seguirá en ti siempre que tú quieras, a mi aun me gusta meterme en los charcos y mojarme hasta los huesos aunque luego me pase una semana en la cama.
ResponderEliminarY sí, lo mejor es no hacer planes, lo mejor es improvisar. Así la vida siempre será bonita.
Un beso :)