EL ESPEJO

Al llegar a casa ha ido a desmaquillarse al espejo... y sin pretenderlo, se ha encontrado con su propia mirada. 

Sin darse cuenta, una sonrisa había brotado de su alborotada mente:

Por la mujer en la que se había convertido.

Por el orgullo de haberse reencontrado. De haberse descubierto y de haberse quitado esos pétalos marchitos que ya no tenían cabida en su sedosa y brillante piel. 

El resplandor que le ayudaron a encontrar, ahí estaba. Antaño apagado por el paso del tiempo. Ahora con gafas molestaba en la mirada. 

Esta noche se ha mirado en el espejo y se ha visto.