SINSENTIDOS

Su sino estaba sobre la mesa de apuestas. 
¿Sería un acebuche amaestrado?
De sus extremidades brotaría el mismísimo oro líquido, pero sería un olivo al fin y al cabo. 

Vaya sinsentido -pensó mientras acariciaba a Clarita- , como si un cazador adoptase un cervatillo. 

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