VIEJO AMIGO
A veces nos enfadamos con el destino. Maldecimos y lloramos sin entender eso que está pasando y que no nos gusta...
...Hasta que un día amaneces, y te das cuenta que aquello que hace tiempo te enfadó, era lo mejor que te podía pasar.
Entonces empiezas a entender al destino y os vais juntos, de la mano, como dos viejos amigos que, a pesar del tiempo, siempre se reencontrarán como si no hubiera pasado un segundo entre ellos.
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