RETOMANDO VIEJAS COSTUMBRES

La piel oscura de debajo de sus ojos le delata. Ha desempolvado su viejo cuaderno de escrituras y como por arte de magia ha asomado el sol por su ventana. Se ha pasado toda la noche leyendo lo que escribió hace tanto tiempo y que indudablemente es suyo. Más de una lágrima le ha escapado por sus mejillas recordando esos viejos tiempos, esas tormentas que le pillaban en medio de la calle o esos amigos a los que muy a su pesar falló alguna que otra vez. 

El reflejo del espejo muestra ahora a una mujer, si no con más confianza en si misma o con las ideas más claras, desde luego si que con más experiencia. Eso nadie se lo podría negar. Vuelve rápido a medio dia con ganas de dejar volar su imaginación y los dedos recorren solos el teclado que hace tanto tiempo que cogió polvo. Quizás sea esto aquello de lo que tanto filosofa en sus anteriores escritos. Quizás sea esto lo que le gusta de verdad. Y entonces se descubre a si misma con las cejas juntándose sorprendida por formularselo seriamente. 

Volvemos a la rutina de no saber que hacer con su vida. Pero afortunadamente la música está ahí para ayudarla, y al fin y al cabo, siempre lo ha estado. Las ganas de desempolvar nuevamente su piano son incontrolables, casi tanto como las palabras que corren por su mente a toda velocidad. Las nuevas ideas simplemente la abruman y sin apenas darse cuenta, casi ha llenado de nuevo la libreta. Se duerme con una sonrisa en los labios y pensando para si misma: sienta bien volver a las viejas costumbres.

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