EL RESONAR DE SUS PASOS

Su mirada era penetrante, como si buscase a la intrusa de sonoras pisadas que pasaba por su calle. Como si quisiese leer sus intenciones con solo mirarle a los ojos. Como si quisiese saber su identidad con solo escuchar el repiqueteo de sus botas.

Y así, con un saludo casi imperceptible que lo dijo todo, se marchó. Como si tuviese miedo de romper la cadencia de sus pasos. El único sonido que la acompañaba por aquellas calles laberínticas que, por aquel entonces, seguían desiertas.

Comentarios