HILOS

Como una gruesa cuerda que se rompe y cada vez le quedan menos hilos sujetos de ambos lados. Así se siente ella. Hay veces que todo va al revés. Hay días que llora sin saber por qué, o sin saber por qué no debe llorar. Y otras veces, se percata de ese hilo. Fino pero firme y grueso a la vez. Donde todo cobra sentido. Donde cree que puede controlar las leyes físicas del tiempo y puede volver al momento en que todo estaba bien. Pero nunca existió realmente ese momento. Existió un momento en el que estaba bien con él pero en esa vida maravillosa y paralela. Las otras veces que estuvieron bien no eran más que meras ilusiones en un mundo que se desmoronaba sin que ninguno de los dos pudiera hacer nada para evitarlo. Como ver caer rocas a su alrededor sin poder resguardarse en ningún sitio. Y un milímetro a la derecha, vuelve el caos. Vuelven los llantos. Vuelven las noches sin dormir. Vuelve el insomnio. Vuelve el estar despierta pero lejos, muy lejos de allí.
Y de repente ve su nombre en el móvil. Una llamada que no oyó y no contestó.  Y vuelve a ese hilo que todo lo pone en su sitio. Un sitio precioso. Un sitio ficticio. Inexistente. Ese hilo que cada vez se resquebraja más, que cada vez se vuelve más transparente. Ese hilo que ya no existe más que en su mente...

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