COMO BUENA VALLISOLETANA
Como buena Vallisoletana, y como
debí hacer hace mucho tiempo, es el momento. Sin mirar atrás. Sin pensar en los
demás. De forma valiente, con la cabeza alta y sin culpas ni castigarme a mí
misma por lo que ha pasado. Ya estoy perdonada, o yo me siento así. Es el
momento de alejarme.
Los sentimientos hay que
aceptarlos, sentirlos y dejarlos fluir. Lo primero que hacen los adictos para
curarse es aceptar lo que les pasa, es aceptar lo que son, aceptar lo que han
hecho. Pensar en uno mismo y no hacer las cosas para que los de enfrente se
sientan de una determinada manera. Hay que desearles lo mejor a los que te
rodean, por mucho daño que te hayan hecho. Porque gracias a eso tu estás
aprendiendo, tu estás creciendo como persona. Gracias a tus vivencias tu eres
mejor persona y más madura. No más Peter Panes.
Y está claro que mi yo divino
habla para mí. Me está enseñando el camino. Lo único que tengo que hacer es no
ser cobarde para seguirlo. Todo pasa por algo, y esto también. Como en toda
terapia, primero te lo tienes que decir, lo tienes que oír, aunque el corazón no
siga lo que dice tu boca o tu mente.
Y ya después me lo creeré,
aunque espero que no falte mucho para eso
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