BENDITA INOCENCIA
Ella estaba inmóvil, sobre la toalla.
Oía el tic tac pasar silbando, como el viento que choca contra las hojas de un árbol.
Las risas de la piscina y la música de fondo. Como la inocencia que se cree invencible y que no es consciente de que tiene todo un mundo cambiante por delante. Creyendo que todos sus planes se cumplirán. Pero ella sabía que poco importan los planes que tú quieras hacer. Porque, normalmente, el universo ya tiene escritos los planes para ti.
Ahí estaba ella, tumbada con los ojos cerrados, con el único sentido del viento en su piel. No tenía fuerzas para abrir los ojos. Tampoco motivos para salir de sus pensamientos.
Estaba rodeada de gente, pero ella sólo quería estar sola con sus pensamientos.
No se está más sola que cuando estás rodeada de gente que no entiendes y no te aporta nada, tú estás en tu mundo interior y eso solo te basta. Un besazo.
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