EL ÚLTIMO DÍA

Un día será el último día. 
Sin avisos ni notificaciones. Sin señales de neón.

No habrá indicios. Nadie te lo susuarrá al oído. No aparecerá en un diario mágico ni en el manual que (no) te dieron al nacer.

Un día saldrás con tus amigos y, al volver a casa, la vida continuará. Ese habrá sido el último día que saliste con tus mejores amigos por siempre. La vida cambiará y ya no seréis los mismos. Solamente quedará la nostalgia y el recuerdo. El deseo de intentar coincidir, por esos viejos tiempos. No por el dónde... sino por el cuándo. 

Un día estarás comiendo con tu familia en Navidad, verano o una graduación. Estaréis todos. Al volver a casa, la vida continuará. Ese habrá sido el último día en el que todas las sillas estaban ocupadas.

Un día irás a tu restaurante favorito a cenar. Pedirás lo de siempre. Pasarás una velada mágica llena de amor y risas. Al volver a casa, la vida continuará. Ese habrá sido el último día de la elegida monotonía.

Día tras día te creerás invencible. Creerás que tú manejas los hilos de tu vida. Que eres feliz y que, pasito a pasito, vas consiguiendo todo lo que querías y por lo que has luchado. Un día creerás que te encaminas hacia tu siguiente paso vital... pero esa creencia te la arrebatarán sin miramientos. Sin importar tus planes. Ese será el último día. Tu antes y después. Mirarás atrás con nostalgia y verás a esa niña llena de ilusiones y pensarás... -pobrecita, no sabe que en unos días todo su mundo se tambaleará.

La vida está llena de últimos días, y tú, sin saberlo. 

Disfrútalos


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