AQUÍ ESTÁ EL PAYASO

Ya está de nuevo el payaso. Puede que haya sido una máscara que se haya creado en frente de otras personas o puede que tras tanto tiempo de intentar autoconvencerse a si misma por fin lo haya conseguido, el caso es que ha funcionado.

Y es que a nadie le gusta ser amigo de alguien que siempre está triste. A nadie le apetece pasar el rato con alguien que solo sabe contar sus penas.Y es que cada uno tiene sus propios problemas.Y es que hay ocasiones que hasta a ella le hinchan las narices y piensa que no tiene que aguantar los problemas de nadie más, que ya tiene suficiente con los suyos propios. 

Quizás fue por que la sonrisa se le caía a pedazos y no sabía como mantenerla por mucho más tiempo, o porque sinceramente, su mirada no inspiraba ni pizca de felicidad, pero lo que le dijeron entonces le dejó sin palabras: Are you ever unhappy? Esas simple palabras le hicieron darse cuenta de muchas cosas. ¿Eres alguna vez infeliz? La gente, así en general, se cree que si sonríes eres la persona más feliz del mundo, que si estás contenta un rato al día (casualmente cuando estás con ellos) no tienes problemas en la vida. Ay, amigo mio... nada más lejos de la realidad. 

Ella siempre se ha sentido muy orgullosa de que sabe muy bien como enfocar su ira o sus enfados. Siempre ha sido de la teoría de que si está enfada con alguien, no hay que pagarlo con otra persona. Puede que sea porque en su casa nunca ha sido así, puede que sea porque lo que más ha experimentado es que se enfaden con quién más confianza tienen. Sea como fuere eso es lo que más le saca de quicio en este mundo y del siguiente. Total, que ahí se ha quedado plantada ante la negativa de querer contestar a esa pregunta. Por que, al fin y al cabo, nadie quiere oír las penas de los demás.

Y así es como yo la veo. La imagen congelada de ella en frente de sus amigos y con cara de póquer no se me va de la cabeza. Quizás solo necesite que alguien le pregunte, de verdad (y subrayo de verdad), que tal está. Puede que solo necesite que alguien le escuche y le consuele mientras llora como una niña. 

Quizás es que finge demasiado bien, o puede que hasta ella misma se lo crea ya. El caso es que los payasos le gustan a todo el mundo. ¿Y qué hacen los payasos? Hacen reír a la gente...
Pues seamos payasos y no aburramos al resto de gente con nuestros problemas.

Riámonos un rato aunque sea de la cosa más absurda que se nos pueda ocurrir. Porque llegará un día que alguien nos preguntará qué nos pasa, y quizás ese día tengamos que decir la verdad y no sepamos por dónde empezar. Quizás llegue un día que alguien vea detrás de nuestra sonrisa forzada y se de cuenta que la cara del payaso en verdad grita de dolor por dentro.

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