FLORECIENDO

Sus alas son de cera. Cuando pone en marcha esa cabecita llena de fractales que le ponen el universo en la palma de la mano y el calor de cada estrella vista y más allá sobre su piel aterciopelada, quizás se derritan, pero nunca se queman. Forman una gran columna que le hace elevarse más y más. Le liberan del peso muerto.


Por fuera es frágil, como una efímera flor. Con reluciente y embriagador aroma, con brillantes colores que solo los ojos que miran con atención pueden identificar, pero en su tallo los pinchos indican que, aunque quisiera, no podría hacer nada más contra sus depredadores. Inmóvil e impotentemente ve la vida detrás de esos ojos vidriosos que no hacen más que imaginar realidades paralelas en las que le gustaría estar. 


Pero, lo que nunca le han contado en los cuentos, es que la flor puede levantarse e irse. Puede salir de donde está, moverse, bailar, reír y cantar. 


¿Y quién dice que no?




Comentarios

  1. Yo no desde luego ajjaja. En esta vida todo es posible si ponemos la mente concretada somos capaces de levantar un elefante con la mirada. Un besazo y muy feliz semana..soñemos pues.!!

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  2. Muy bonito y esperanzado texto

    Un abrazo, y bonito día

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  3. Totalmente de acuerdo, ¿y quién dice que no? Me ha encantado amiga mia. Precioso :D

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