ESCONDIDA
Desde la oscuridad de mi cuarto contemplo el lento movimiento de la ciudad. Tan silenciosa en esta tarde oscura de frío… Parece que todo está inmóvil, pero como no, mi amigo, el que no perdona, el tiempo, pasa sin piedad. Sin detenerse a pensar si hace bien o mal.
Desde aquí parece que puedo oler la hierba mojada. Parece que puedo sentir la pasión de una pareja besándose como si el mundo se acabara ahora, en este instante. Casi puedo percibir el amor de dos viejecitos paseando de la mano. Puedo sentir la melancolía y la tristeza de la niña que está sentada en un banco con la única compañía de la música que sale de sus auriculares…
Las farolas se encienden, como intentando protegernos de la oscuridad, intentando mantener a la gente apartada de los peligros… no saben que quizás, ahora mismo, la más peligrosa para mí misma soy yo.
Me siento como una espía metiéndose en la vida de los demás, observando desde la oscuridad... Observar, alejada de la gente. Es lo que siempre he querido. Guardar las distancias. Ojala siempre pudiera mirar la vida desde mi cuarto. Aquí me siento segura. Parece que estas cuatro paredes que me encierran son inalcanzables… que van a frenar a todo aquel que me quiera hacer daño. Que van a impedir que mi corazón se rompa en mil pedazos y se desperdiguen, que van a evitar que tenga que ir a buscarlos, uno por uno, para recomponerme otra vez.
De aquí nada puede salir… aquí nada puede entrar. Solo cabemos yo y mi mente. Esta pequeña compañera que todos tenemos. A veces es traicionera, a veces es un gran apoyo. A veces siento que es ella la que me controla a mi en vez de al revés… a veces me da miedo.
Desde aquí parece que puedo oler la hierba mojada. Parece que puedo sentir la pasión de una pareja besándose como si el mundo se acabara ahora, en este instante. Casi puedo percibir el amor de dos viejecitos paseando de la mano. Puedo sentir la melancolía y la tristeza de la niña que está sentada en un banco con la única compañía de la música que sale de sus auriculares…
Las farolas se encienden, como intentando protegernos de la oscuridad, intentando mantener a la gente apartada de los peligros… no saben que quizás, ahora mismo, la más peligrosa para mí misma soy yo.
Me siento como una espía metiéndose en la vida de los demás, observando desde la oscuridad... Observar, alejada de la gente. Es lo que siempre he querido. Guardar las distancias. Ojala siempre pudiera mirar la vida desde mi cuarto. Aquí me siento segura. Parece que estas cuatro paredes que me encierran son inalcanzables… que van a frenar a todo aquel que me quiera hacer daño. Que van a impedir que mi corazón se rompa en mil pedazos y se desperdiguen, que van a evitar que tenga que ir a buscarlos, uno por uno, para recomponerme otra vez.
De aquí nada puede salir… aquí nada puede entrar. Solo cabemos yo y mi mente. Esta pequeña compañera que todos tenemos. A veces es traicionera, a veces es un gran apoyo. A veces siento que es ella la que me controla a mi en vez de al revés… a veces me da miedo.
Hola amiga, el texto que escribiste es muy profundo, la introspeccion que te haces y la forma en que te encaras a ti misma me fascino ciertamente, este ejercicio es lo que yo llamo la segunda mente, es una forma de dejar fluir tus pensamientos y sin sojusgarlos solo dejarlos tranquilos que fluyan hasta que se cansan y se van, luego viene la parte profunda en la que te das cuenta y entras en un mundo extraño, al principio te da miedo luego lo vas conociendo mas y mas hasta entender que esa eres tu, y que estas entrando al rumbo de conocimiento de ti misma. el camino a la sabiduria.
ResponderEliminarEs lindo leerte amiga
Besitos siempre
Janeth
Solo cabemos yo y mi mente. Esta pequeña compañera que todos tenemos. A veces es traicionera, a veces es un gran apoyo.
ResponderEliminaresta parte me encanto!!!!,muy buen escrito,cariños
Amiga, la mente eres tu, tu conciencia, tu la llevas donde quieres, solo en ocasiones se rebela y tu obedeces. Profundo texto amiga, te leo y me llevas en la imaginacion a la escena...Te dejo un beso.
ResponderEliminarMuy hermoso texto. A veces nos gusta estar a solas con nosotros mismos y observar ese mundo que nos rodea. Muchas gracias por tus comentarios. La verdad es que es maravilloso tener en tus manos algo tuyo, hecho por ti. besos.
ResponderEliminarMuy interesante tu escrito me ha gustado mucho tu monologo. Estar a solas con uno mismo no es malo es incluso a veces necesario, pero hay que saber controlar esa soledad.Encontrarse a si mismo no es facil pero cuando lo consigues es impresionante lo que llegas a descubrir. Un beso grande
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