RIENDO CON SU ALMA

Estaba en la cocina, y simplemente se dejó llevar. Como si de un parpadeo se tratase, sin darse cuenta, estaba bailando con las manos casi tocando el cielo, dando vueltas, dejándose llevar por la ritmo de la gravedad. Y algo que hacía tiempo que no aparecía, le sorprendió. Fue como un jarro de agua, no tan fría, en la solitaria realidad que estaba teniendo.

Su perro asomó por la cocina. - Pobrecito - pensó ella. Sin que el alegre can pudiera hacer otra cosa, ya le tenía tomado entre sus manos. Ambos daban vueltas, se fundían el uno con el otro. Bailando y bailando. Dando vueltas como en el vals de Kraus.

Y ese recuerdo ya tan lejano como sorprendente, llegó para quedarse. Esas carcajadas que compartía con su alma resonaron en toda la casa. 

Y así se dio cuenta: era feliz.


Comentarios

  1. Me gusta tu blog tan delicadamente diseñado... Muchas gracias por visitar el mío. Te sigo de aquí en más aunque no me he podido registrar...

    Abrazo grande.

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  2. Es maravilloso ser feliz y esa felicidad compartirla con el alma es lo mejor que nos puede suceder. Un placer volverte a leer amiga, gracias por pasar por mi rincón poético como antes lo hacías. Saludos a la distancia.

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  3. ¡Hola soñadora! Me ha encantado tu relato y tu blog. Me quedo por aquí contigo. Muchas gracias por visitar mi pergamino de sueños. Tenemos en común eso de que nos guste soñar.
    Besos :D

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  4. Soñadora (bonito nombre). Poquitas cosas son necesarias para ser felices, pero a veces ni lo apreciamos.
    Un placer pasar por tu espacio y agradecida por tu visita.. Nos leemos.
    Besicos muchos.

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