DESPEDIDA n. 7+1
En ese repiqueteante silencio se podía ver el enterrado titaneo, entre aguamarina y sangre, entre salitre y flores. En el amanecer de sus palabras se oía resquebrajarse, revelando entre nudos lo que no se podía contener. Sus murallas tenían la longevidad de un puñado de arena entre unos dedos temblorosos.
La quietud de su serenidad daba paso al inconfudible grito titánico. Cuando el corazón habla, las palabras estorban, y su corazón se oía a la legua, a pesar de las medias verdades. A pesar de las medias mentiras.
- Sí que me debes de querer, porque siempre has dicho que a tu pasado... - le dijo ella.
- Siempre me encantó el olor de tu pelo - dijo él a modo de respuesta mientras le besaba la frente.
Tu jardín desordenado.
las palabras, en ocasiones, realmente sobran. Mentiras además, poca cabida tienen en el amor
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando el corazón habla... si amiga, así es el amor. Saludos.
ResponderEliminarEn el amor las palabras son efectivas pero mucho más son los hechos ellos si dicen la verdad. Un abrazo.
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