ELLA

Ya se ha acostumbrado a las miradas indiscretas, a las habladurías que siempre tienen el mismo objetivo: ella. Parece que no se da cuenta, que es perfecta, intocable, que es inalcanzable. Su alma siempre alegre se deja ver a través de su cara. Sus ojos, aunque raramente algo mas distantes, acompañan la sonrisa de complicidad que siempre tiene para todo el mundo. Siempre vestida con esas ropas livianas tras las que se entrevé su figura. Ella es casi perfecta.

Aparece. Nada mas doblar la esquina todas las miradas tienen un mismo objetivo. Esa chica casi perfecta...

Lo que no saben, es que se viste con esas ropas tan livianas para no sentir la presión sobre su cuerpo. Por comodidad más que provocación. No saben que lleva esa sonrisa siempre puesta porque no puede controlarla, porque su boca es cómplice de su corazón. Y no saben que esos ojos distantes no son a drede para darle aires de misterio, sino porque son dependientes inevitables de su mente que está lejos, muy lejos de allí.

Mientras que los demás solo piensan en ella, ella presa de la presión de los que le rodean hace lo que mas le gusta, escapar de allí. Hace lo que más necesita, pasar desapercibida. Hace lo que mas odia, pensar en él.