EL IDIOMA DE SUS OJOS

Sus ojos no hablan el mismo idioma. 

Su mirada siempre fue sincera, aunque las palabras no supieran salir por la puerta correcta. Sus ojos delatores a menudo veían cosas que las lágrimas dejaban escapar, y las palabras se anudaban en su garganta para nunca llegar a salir.

Esa mañana se miró al espejo, y casi olvidadas palabras de aliento y belleza salieron por los resquicios de su mente. Su alma comenzó a revitalizar, su piel se suavizó y dorados destellos comenzaron a salir entre las escamas, pero sus ojos buscaban una traducción que no llegaba. 

Siempre le gustaron los idiomas, pero parece que ese todavía no lo había aprendido. 

Sus ojos siempre fueron por libre en una autopista directa al corazón en la que nadie podía intervenir.