RECIPIENTES

Su alma se ha vuelto un recipiente de cristal: todo lo contiene y todo se va, todo se marcha.


A través del tapón ya abierto, comienzan a entrar tiernos brotes incipientes de hierba fresca. El aroma del azahar se cuela por dentro y se transforma en bellos colores que inundan su pecho. El aire que entra oxigena el microclima que con tanta delicadeza y timidez ha ido apareciendo.


Tiempo atrás no desistía de cerrar bien el recipiente. Quería contar cada una de las lágrimas y sonrisas que contenía. Cada arruga y cada curva de su huella dactilar. Una y otra vez lo repetía, como su propio mantra de sosiego, cuando lo único que hacía era ir marchitando, poco a poco, las margaritas que aún nacían silvestre.


Ahora siente cada rabo de nube pasando entre los intersticios de su cuerpo. La energía inunda cada partícula de su ser, y así poco a poco, se desvanece en armonía. 


Porque ahora, deja paso a lo que tenga que venir, deja que transite cada recoveco del recipiente, y con amabilidad le invita a marchar... o regresar.


Y si, Silvio llegó para quedarse.

Comentarios

  1. Ese recipiente mágico pero tan real como uno mismo, abriéndose a Silvio. Muy bueno.

    Un abrazo

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  2. Realmente tus textos son una auténtica maravilla. Besos :D

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