MIRADAS FURTIVAS

Mira casi inconscientemente a la puerta, el sutil movimiento de la cabeza la delatando. Se cree que nadie se da cuenta de su constante menear de cabeza, pero yo me he dado cuenta.

Seguramente ella esté pensando que el constante vaivén de miradas de la hoja medio escrita a la puerta sea en busca de la amiga con la que ha quedado, pero las ocasionales miradas a un grupo de chicos la delata. Pasan casi desapercibidas incluso para ella. Pero yo lo se. Yo se lo que busca.

Sé exactamente lo que está pensando. Ahora mismo está autoexplicándose que no le verá, que su clase ya ha terminado y si todavía no ha aparecido por la biblioteca es que ya se ha ido.

Para contabilizar la adquisicón de un inmovilizado material tendremos que usar primero la cuenta del activo, será la 21 algo... ¿Dónde se han metido sus amigos? Otra mirada ahora inconfundible la delata. ¿Pero que estás haciendo Winding? Menos mal que no te gustaba... ya está controlando tus movimientos. Y una voz en su interior se ríe malévolamente sabiendo que ha tocado la fibra sensible.

Estudiar no es que ayude mucho a concentrarse y si ya hablamos de contabilidad... El ruido del viento movido por dos puertas la pone alerta. Otra mirada, esta vez más descarada provoca un giro de 360º. En el fondo lo sabía, presentía que le iba a ver. ¿Y ahora por qué bajas la mirada? No te entiendo, solo te digo que te sigue controlando. Y esta vez una carcajada más fuerte retumba en sus oidos mientras ella intenta concentrarse al máximo en los números mal escritos de su cuaderno.

¿Será que te estas enamorando?