LA CHICA DE AYER
Ya no es la chica de ayer, la que recorría contigo las calles de Madrid en busca de un refugio para la imaginación y el corazón. Ya no es aquella chica de buen corazón que le hizo daño a tanta gente, a la que le prohibías ver otras almas buenas. La que guardó aquél anillo entre polvo y telarañas.
Ya no es aquella chica que volaba con el parpadear de sus ojos en los tuyos. Aquella chica que creía vivir y, en vez de eso, gritaba auxilio con el alma desgarrada, entre sueños y desvelos.
La chica de ayer ya no existe. Tantas veces ha mudado la piel que las huellas dactilares le han cambiado. La sangre de sus venas se ha vuelto verde y su memoria cada vez es más selectiva, como el instinto más primitivo que ha encontrado para sobrevivir.
Pero aun así,... la chica de ayer sigue ahí debajo. El peso de las cadenas le tira mar adentro y la llave se funde junto a la batalla de trafalgar, pero todavía se la puede oír revolviéndose y estremeciéndose con la espuma del mar bravío. Su pelo ondea en el fondo abisal, y su compostura parece romperse por el extremo de sus inquebrantables ojos, que buscan el último halo de existencia que ella misma se empeña en matar.
Esa chica de ayer aún está debajo de esa armadura que se ha ido construyendo con el paso de los años , pero sin duda algo de ella queda ..solo hace falta rascar y saldrá . Un fuerte abrazo .
ResponderEliminarLos cambios que la vida y sus circunstancias van regalando a nuestro interior. Preciosa reflexióń amiga mia. Besos :D
ResponderEliminarExiste, y sobrevive, porque sin ser esa chica de ayer, es la misma mujer que alegraba el mundo con su mirada.
ResponderEliminarUn abrazo